Timo del nazareno

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Timo del nazareno

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¿Que es el Timo del nazareno?

El timo del nazareno es una estafa tradicional.

Se suele usar este timo contra empresas proveedoras que suministran productos que sean fáciles de revender en el mercado negro, como pequeños electrodomésticos, bebidas alcohólicas, etc.

El timador (conocido como el nazareno) se gana primero la confianza de la empresa proveedora haciendo algunos pequeños pedidos que paga rápidamente. Para generar la confianza el timador ofrece como fachada una empresa de apariencia solvente, de la que aporta todos los documentos necesarios convenientemente falsificados, presentándose con trajes impecables, un coche caro, etc.

Una vez generada la confianza en la víctima, el nazareno realiza una compra de mucho más valor, que paga esta vez con letras de cambio o pagarés. Una vez recibido el producto, el nazareno revende la mercancía y desaparece.

Una vez que la víctima denuncia, nunca sabe realmente los datos del timador, ya que la empresa está a nombre de unos testaferros «hombres de paja», los cuales son insolventes y a los que no se les puede pedir responsabilidades civiles, y el verdadero timador y cabeza de la trama, no se sabe quién es, ya que las empresas proveedoras nunca piden la documentación personal a los que se presentan como comercial de la empresa timadora, y esas son normalmente las personas que se benefician de este timo.

Existen tres modalidades de este timo:

Modalidad A. En primer lugar, el timador crea una empresa ficticia con documentación falsa o una sociedad mercantil legal, pero con personas marginales, sin antecedentes de morosidad de modo que no aparezcan sus nombres en bases de datos financieros. Al frente de la empresa, los estafadores nombran como administrador único a un indigente que, a cambio de unos cientos de euros, actuará de testaferro. De esta manera ya obtienen talonarios de cheques y de pagarés a nombre de la sociedad fantasma creada.

Posteriormente, los estafadores alquilan un local de oficinas al que se da apariencia de una empresa en funcionamiento y toma en arrendamiento unos almacenes para recibir los pedidos, procurando que estén situados en un punto estratégico, cerca de un cruce de carreteras importante.

La organización, compuesta por individuos experimentados y con un conocimiento perfecto del mercado, se dedica a contactar con proveedores. Este primer contacto lo hacen por teléfono móvil, fax o una dirección de correo electrónico gratuita, lo que suele ser un procedimiento poco habitual, e iniciar relaciones comerciales, acreditando su solvencia y liquidez. Solicitan precios que, en la mayoría de los casos, no negocian, lo que abre en muchos casos el apetito del vendedor. Se gana la confianza al pagar los primeros pedidos de mercancía, de forma inmediata y al contado.

Luego, una vez ganada la confianza del suministrador, efectúa un pedido importante y solicita un pequeño aplazamiento para abonar los artículos. En ocasiones, el estafador entrega a los fabricantes cheques, pagarés o letras de cambio aceptadas y avaladas al suministrador, e incluso les facilita fianzas bancarias falsificadas para vencer cualquier resistencia. Esta misma operación la repite con docenas de incautos y, una vez entregadas las mercancías, el timador desaparece con todos los artículos almacenados que, posteriormente, revende en el mercado. Cuando los proveedores, hartos de no tener señales de vida de su nuevo cliente, se presentan en procesión en el almacén del timador, se encuentran con un local vacío, sin el menor rastro de sus productos, de su dinero, ni del comprador.

Modalidad B. Utilizan las aseguradoras de créditos. Es difícil detectar el mismo, puesto que utilizan empresas antiguas o inactivas, con buen historial en sus balances, lo que le permite obtener crédito con las aseguradoras. Al vencimiento del plazo de pago, la empresa ha desaparecido y los interlocutores se vuelven invisibles. Posteriormente, cuando se analiza el caso, se descubre en los registros oficiales que estas empresas han sufrido en los últimos meses múltiples cambios de administradores o de capital. Incluso el domicilio social con el que figuran está situado en el centro de las ciudades, algo poco habitual en firmas que necesitan de grandes espacios de almacenaje.

Modalidad C. Mediante la “usurpación de identidad.”, los timadores se presentan ante los empresarios como miembros de una firma conocida, a veces disponen incluso de falsas tarjetas de visita, y realizan pedidos en nombre de dicha sociedad. El fraude se produce durante el traslado de la mercancía. El transportista, contratado por el timador, recibe una llamada antes de llegar al destino en la que le indica una dirección diferente de entrega. El empresario se encuentra que, cuando trata de cobrar el cheque, no tiene fondos, y cuando trata de localizar al vendedor, éste ha desaparecido